miércoles, 24 de abril de 2013


Entre estas sábanas blancas puedo reconocer tu perfume, y recordar noches en vela.
Recuerdo mi mirada penetrante en tu vestimenta para dormir, mis ojos naufragaban entre tu tela de seda, y mi cabeza buscaba una explicación lógica para tu belleza. Recuerdo que mis manos rozaban tu suave piel mientras que mi alma estaba perdida entre nubes de algodón y una vista peculiar, así como lo son tus besos, peculiares y dulces. 
Mi cabeza daba vueltas, y mi corazón tenía ganas de salirse de mi cuerpo para recitar frases que tú le has marcado como cicatrices en él. Recuerdo que te movías entre las sábanas buscando un hueco, una postura cómoda para dormir, yo, mientras, sabía que la postura más cómoda era entre tus brazos, acariciándote. 
No había semejanzas a tus labios, tus besos sabían a ti, a tu dulce manera de tratarme. Quise hablar a través de besos, porque mis palabras hacía ti se quedaban diminutas. No me gusta comparar, pero es que beso tras beso sentía que me expresaba más que con cuatro palabras bonitas. Aunque en ese momento añoré tu voz, y tenía ganas de escuchar algo que saliese de tu boca, pero se me olvidó el echar de menos eso cuando de repente me dijiste "te quiero" al oído. 
Te contemplé mientras dormías, eras una auténtica princesa... mi princesa. No te hacía falta nada material, ni una corona, ni un anillo ni unos zapatos de cristal. Transmites más con ese vestido de seda, rojo pasión. 
Esa noche no pude pegar ojo, mis ganas de verte dormir era mejor que cerrar mis ojos y soñar. En ese momento me creí que era mejor que un sueño, y sí, lo era. No sé porque me sentía tan acogedora, si por la cama o porque tu estabas a mi lado, entrelazando tus piernas con las mías. 
No necesité nada más, nada más que pasar una noche contigo. 
Y es que ahora, cada vez que duermo sola, necesito verte vestida de seda, oler tu perfume y sentirme en ese sueño dulce y peculiar. Necesito un beso de buenas noches, y amanecer un día cualquiera entre tus brazos, aunque añore tu voz, no hay mejor silencio que unos besos que lo dicen todo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario